Para este vídeo la ranita al final fue reemplazada por una ranita de plástico... En esta reflexión Cristiana a través de un experimento se muestra como los vicios y los malos hábitos pueden consumirnos, hasta donde llegaremos? Es hora de dar un salto y salir de la olla.
Imagínate una cacerola llena de agua fría en la cual nada tranquilamente una pequeña ranita.
Un pequeño fuego se enciende bajo la cacerola, y el agua se calienta lentamente.
El agua despacio... despacio... se va poniendo tibia, y la ranita encuentra esto más bien agradable, y continúa nadando.
La temperatura del agua sigue subiendo...
Ahora el agua está caliente, más de lo que la ranita pueda gozar, se siente un poco cansada pero no obstante eso, no se asusta.
Ahora el agua está verdaderamente caliente y la ranita comienza a encontrar esto desagradable, pero está muy debilitada; entonces soporta y no hace nada.
La temperatura continúa subiendo, hasta cuando la ranita termina simplemente... cocinándose y muriendo.
Si la misma ranita hubiera estado metida directamente en el agua a 50 grados, con un golpe de sus patas inmediatamente habría saltado fuera de la cacerola.
Cuántas personas no han sido hombres-rana y se han dejado ‘cocinar’ por las calientes aguas del alcohol, el tabaco, el juego, la seducción infiel, otras drogas? Y es que en esas aguas nos cocinamos de a poquito, sin darnos cuenta.
Seamos cautos. Siempre hay una voz interior de alerta que nos dice que el agua se está poniendo caliente. Estemos prestos a escucharla y a saltar de esa olla….si no lo hacemos a tiempo, nos cocinamos! Todo es una decisión propia y una acción inmediata a la que estamos llamados y podemos tomar SOLO nosotros mismos. Nadie nos va a sacar de la olla…tenemos que saltar, antes de que sea tarde.
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