CONOCES a la mujer de esta lámina? Se llama Rebeca. Y el hombre al cual ella va es Isaac. Ella va a ser la esposa de él. ¿Cómo pasó esto?
Bueno, Abrahán, el padre de Isaac, quería una buena esposa para su hijo. No quería que Isaac se casara con una de las mujeres de Canaán, porque aquella gente adoraba a dioses falsos. Por eso Abrahán llamó a su siervo y le dijo: 'Quiero que vuelvas a donde viven mis parientes en Harán y consigas una esposa para mi hijo Isaac.'
En seguida el siervo de Abrahán tomó consigo diez camellos e hizo el largo viaje. Cuando se acercaba al lugar donde vivían los parientes de Abrahán, se detuvo en un pozo. Era casi de noche, cuando las mujeres de la ciudad iban a sacar agua del pozo. Por eso el siervo de Abrahán dijo en oración a Jehová: 'Que la mujer que consiga agua para mí y los camellos sea la que tú escoges para ser esposa de Isaac.'
Rebeca e Isaac se encuentran
Pronto vino Rebeca para conseguir agua. Cuando el siervo le pidió de beber, ella le dio agua. Entonces ella fue y consiguió bastante agua para todos los camellos sedientos. Trabajó duro, porque los camellos beben muchísima agua.
Cuando Rebeca terminó, el siervo de Abrahán le preguntó el nombre de su padre. También preguntó si él podía pasar la noche en la casa de ellos. Ella dijo: 'Mi padre es Betuel, y hay sitio para ti en casa.' El siervo de Abrahán sabía que Betuel era hijo de Nacor, el hermano de Abrahán. Por eso se arrodilló y dio gracias a Jehová por llevarlo a los parientes de Abrahán.
Aquella noche el siervo de Abrahán le dijo a Betuel y a Labán, el hermano de Rebeca, por qué había venido. Ambos dijeron que Rebeca podía ir con él y casarse con Isaac. ¿Qué dijo Rebeca cuando le preguntaron? Dijo que sí, que quería ir. Por eso, el mismo día siguiente montaron en los camellos y empezaron el largo viaje para volver a Canaán.
Cuando llegaron, era de noche. Rebeca vio a un hombre andando en el campo. Era Isaac. Él se alegró de ver a Rebeca. Sara, la madre de él, había muerto solo tres años antes, y él todavía estaba triste por ello. Pero ahora Isaac llegó a amar mucho a Rebeca, y fue feliz otra vez.
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